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Fotografía de bodas: La importancia de contar una historia

Aunque cada boda es única e irrepetible, todas comparten una misma razón de ser: se trata de un momento crucial en la vida de dos personas, lleno de emociones y sentimientos llevados al límite, tan intensos que se nos escapan y resulta muy difícil detenerlos en el tiempo. El tipo de boda viene dado por el tipo de pareja, y ello ya abre de por sí un abanico de posibilidades infinito. Los hechos se suceden vertiginosamente, y tanto durante los días previos como durante las horas de la ceremonia, rodeados de prisas, familia y amigos, resulta muy complicado atrapar la belleza de los momentos vividos para, tiempo después, revivirlos con la mirada. Tanto es así que solo un profesional de la fotografia de bodas puede encargarse de ello, congelando con su cámara los instantes únicos de la boda, porque único es el sentimiento que une a esas dos personas que van a subir al altar. Revivir esos momentos únicos, es lo que intento en cada uno de mis trabajos.

La boda, gracias a la fotografía, se convierte en un libro de recuerdos, en un registro que recoge fielmente el recorrido de los futuros cónyuges. No se debe dejar escapar el conjunto de los acontecimientos, sino que se deben capturar en su máximo esplendor, para que queden siempre a nuestra disposición, pudiendo revivir en todo momento una historia única.

Para que esto se realice correctamente, para que tenga una calidad acorde a tal evento, hace falta saber captar las escenas en toda su naturalidad, perseguir lo espontáneo y congelarlo con el objetivo; esto, como decimos, solo se consigue con una fotografia de bodas bien planteada, pues de lo contrario, si, por ejemplo, dejamos que un amigo o un familiar se encargue de hacer las fotos, tendremos una mezcla de instantáneas sin orden ni idea de conjunto, resultando un material arbitrario y de valor dispar.

Días, semanas, meses después, no habrá nada más agradable que poder regresar a los momentos de la boda en toda su naturalidad, para que nos sintamos otra vez allí, con toda la frescura de una fotografía bien hecha. Y es que son momentos únicos que nunca se van a repetir, pero momentos que por su expresividad y emoción resultan muy delicados controlar y plasmar para el recuerdo.

Con una fotografia de bodas natural, espontánea y fresca, en la que se sienta la emoción de todos los presentes, se consigue un recuerdo especial para toda la vida: un libro que revele con solo abrirlo toda la inmensidad del momento.

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